Es parte del diseño humano poder caminar en dos piernas y no en cuatro como la mayoría de mamíferos y dentro de las adaptaciones para una mayor eficiencia, las caderas cumplen un rol fundamental.
Muchos niños pueden sufrir alteraciones en el desarrollo de esta articulación, condicionando la aparición de una displasia en las caderas. Solo un diagnóstico precoz nos permitirá iniciar un tratamiento que permita la corrección de las alteraciones y la curación de esta enfermedad.
En la actualidad, se da relevancia al examen físico, obviando o retardando herramientas útiles basadas en imágenes, que nos pueden permitir hacer diagnósticos más específicos y sensibles.

Diagnóstico precoz

Se realizan ecografías de caderas con el MÉTODO DE GRAF; estas se pueden tomar posteriores al nacimiento e idealmente hasta la 6 semana de vida.

Diagnóstico oportuno

Puede seguir efectuándose por medio de ecografías hasta la aparición de los núcleos de osificación secundaria de las caderas, o de radiografías de pelvis desde el tercer mes de vida.

Trabajar para elaborar un protocolo que nos permita detectar de forma temprana la displasia del desarrollo de la cadera resulta vital para impedir que esta patología deje secuelas a largo plazo en los pacientes.